¡Hola! Soy Elizabeth, la fundadora de Bíkimpul y esta es la primera vez que me muestro desde este lugar.

Más honesto, más real, más yo. 

Desde que tengo memoria, la moda siempre ha sido mi pasión. Me encanta como a través de un acto cotidiano como vestirme, puedo jugar con mi creatividad, expresarme sin decir una sola palabra y el poder que tiene para transformar como me siento.



Cuando creé esta marca, tenía el deseo de compartir un mensaje. No solo quería diseñar piezas bonitas, sino que me movía la idea de crear colecciones con un significado más profundo. En ese momento no tenía muy claro qué era lo que quería comunicar, solo sabía que sentía una conexión muy fuerte con la naturaleza.

Aunque esa intención inicial siempre estuvo presente en cada lanzamiento, como una vocecita silenciosa que me guiaba, con los años fui restándole importancia. Me compré la idea de que lo más importante era que el negocio tuviera “éxito”, que el valor de lo que hacía estaba en los resultados, en lo que se podía ver y medir desde afuera. 

Y en ese intento por cumplir con esas expectativas, comencé a exigirme más de lo que podía sostener, a seguir estrategias externas, a forzar mi proceso creativo, a compararme constantemente, a dejarme siempre para después, sentía que lo que hacia nunca era suficiente, y todo eso me fue llevando a un estado de agotamiento, vacío y desconexión que se volvía cada vez más difícil de ignorar. Lo que antes me hacía ilusión empezó a sentirse como una carga.

El año pasado, cuando estaba entrando a la década de los 30, me di cuenta de que ya no era sostenible ni saludable seguir relacionándome con Bikimpul desde esa energía. Y con mucha resistencia, decidí tomar una pausa para entender qué estaba pasando. Así comencé un proceso profundo de reconexión a través de distintas herramientas de sanación, como la escritura, la meditación, la terapia y los retiros. 

Estos espacios me ayudaron a mirar hacia adentro con honestidad, a silenciar el ruido exterior para poder escucharme, a observarme con más claridad y sin tanto juicio, a ir soltando poco a poco todo aquello que me pesaba, y a reconocer las partes de mí que necesitaban amor, presencia y aceptación.

ღ 

Atravesar esta experiencia no fue fácil, pero fue el primer paso para empezar a crear una vida más alineada con lo que verdaderamente deseo de corazón.

Durante este proceso comprendí que soy la raíz de todo lo que quiero ver florecer. Que para poder ver frutos afuera, primero es esencial nutrirme por dentro: cuidando mi energía, respetando mis tiempos, confiando en mi proceso, honrando mi esencia y dandome espacios para descansar. Porque cuando me cuido con amor, lo que creo se sostiene y se expande de forma orgánica.

Ahora puedo reconocer que todo lo que viví forma parte de mi recorrido, que esta experiencia llego para ayudarme a ver con claridad desde dónde no quiero seguir creando.

Entendí que no existe una formula exacta que me lleve a donde deseo ir, porque el camino hacia ese lugar lo voy trazando en el proceso escuchando mi intuición. Y justamente eso es lo que le da valor, no solo lo que logro, sino cómo lo sostengo y cómo elijo vivirlo.

Al mirar hacia atrás, siento que nada fue casualidad.

El creativo inspirado en los colores del atardecer nació de un momento de experimentación, meses antes de que me tomaran esa foto al atardecer. Una captura que guardo en el corazón, porque me la tomaron el día de mi cumpleaños, el mismo día en que decidí regalarme una pausa y comenzar este viaje de reconexión.

Ahí es donde se unen la moda, la naturaleza y lo profunda que soy, para recordarme que cuando me abrazo completa puedo crear desde el disfrute, la autenticidad y la libertad. Porque es en esa aceptación radical de quien soy donde habita mi poder interior.

Esta nueva colección es una invitación a ir

~ Hacia adentro ~

a tomarte una pausa, a escucharte, a reconocerte, a elegirte.

Porque cuando te das permiso de ser y de crear tu vida desde los anhelos más profundos de tu corazón, la vida se siente más plena. No porque todo este resuelto o sea perfecto, sino porque estás en paz con quien sos y con lo que estás eligiendo vivir.

Con amor, Eli

Deja un comentario